La primer mañana de mi nueva vida.

Giro la silla para mirar el jardín. Me impresiona y me emociona ver a una pareja de pajaritos cobijandose del agua entre el ramal de la bugamvilia. Hay nubes negras q se hablan entre sí con centellantes palabras, pero no es eso lo q ven mis ojos; es lo q ya no podré ver más, lo q mi alma desalentada por la triste y confusa sucesión de sentimientos no volverá a buscar más...todo eso.

La lluvia crece vertiginosamente. Un fuerte relámpago ilumina mi silueta en la pantalla de la computadora y hace temblar mi habitación. Me pongo de pie. Antes de cerrar la ventana contemplo el exterior un poco más.

Estoy contenta amigo, pq me he dado cuenta q estoy enamorada, y mi corazón me grita en cada palpitar q eres el amor de mi vida, el niño al q sencillamente amo...pero si acaso supieras lo q siento... si supieras lo q sigo sientiendo, lo q ha pasado en todo este tiempo q no te he tenido a mi lado y de las noches q me he desvelado recordándote, anhelándote, escribíendote y pensando solamente con volver a verte...con volver a tenerte a mi lado.

Me hago daño, lo sé, no me lo digas.

Una ráfaga de viento azota el aguacero en mi rostro. Otro relámpago. Cierro la ventana, la cortina y me acuesto sobre mi cama descubierta.

Sin querer recuerdo tus ojos q me miran fijamente. Y logro sentir una vez más tus labios suaves y húmedos besando mis labios. Imagino q tengo la oportunidad de decirte q jamás había amado tanto a alguien, q jamás había pensado tanto en alguien, q jamás había esperado tanto por alguien, y q tal vez, jamás lo haré de nuevo. De pronto, todo comienza a verse raro, todo comienza a tornarse negro...comienzo a despertar. Quise volverte a sentir, pero mi subconciente no me permitió volver a dormir...no me permitió sentir...no me permitió sufrir.

Me cubro con las cobijas y aprieto los ojos, como queriendo olvidar lo inolvidable, como queriendo despertar teniendote a mi lado...amandome...amandote.

Pero no hay caso.

Sé muy bien q ya no podré hacerlo.